Sábado 6 de agosto

Hoy me sueltan en libertad. 

¿Por qué digo esto? Porque por primera vez en dos semanas me voy con “mi nueva amiga” de fiesta. SOLA.  Sin Soraya para hacer de intérprete, ni Ana Belén haciendo de intermediaria…

No sé donde me llevará, no sé que me voy a poner,  ni tan siquiera sé cuánto dinero me tengo que llevar porque no sé cuánto va a costar una simple cerveza.  Lo único que sé, es que la chica es como la mayoría de las chicas aquí; sabe dos lenguas (desafortunadamente para mi ninguna de ellas es inglés o español) es rubia y tiene los ojos azules. Por lo tanto, prototipo suizo. ¡Ah!, y que a las 9 pasa a recogerme.

Por lo que en poco menos de tres horas tengo que hacerme con una amplia gama de frases hechas tales como;

• -          Me encanta el chocolate Suizo.

• -          ¿Con qué clase de gente te juntas?

• -          ¿Qué es lo que normalmente haces para divertirte?

• -          ¿Qué haremos hoy?

• -          ¿Llegaremos tarde a casa?  (No, no eso no se pregunta. ¿Qué clase de española estoy hecha?)

• -          Me han picado muchos los mosquitos (estoy llena de picaduras)

• -          Sí, ese es mono. (Digo yo que no se dirá como guapo… ¿o sí?)

Creo que será una dura noche en todos los sentidos.

Todo un reto.

Por lo demás, hoy comí uno de los mayores placeres de la vida, un KEBAP. De los mejores que he probado, como todo, caro (10 chf), pero riquísimo. Y ayer probé por fin después de dos semanas ansiándole, un MC Flurry Magnum con brownie, yo creí que me moría de gusto, incre-i-b-l-e. Quiero que lo lleven a España y pongan el topping que aquí le ponen (por lo menos el doble que allí)

Sinceramente, la vida aquí es tan distinta a la mía allí.

Qué pena me da.

Y el lunes, vuelta al trabajo.