martes, 16 de agosto de 2011

Acentos y olores

Hoy he de decir que detesto la voz de Hugh Grant en francés.

No tiene ni punto de comparación con su acento inglés. ¡Qué hombre!


Y después de mi momento Hugh Grant 



He de decir que aunque no me guste la voz de doblaje de dicho actor, si he de reconocer que me chifla el acento francés. A medida que pasan los días, conozco gente, hablo con dependientes y dependientas, he de decir que: ¡Me encanta su acento!

No hablan cantando como parece que lo hacen los franceses, pero no deja de ser dulce y suave. Y si le sumas a todo ello la educación que poseen, es todo un lujo escucharles.

 Ayer por la tarde estuve de compras en Berna y descubrí lo mucho que me gusta descifrar olores nuevos.  Me encanta Berna, ojala  el destino jugase conmigo y  me situase en unos años, si no es en esa ciudad, en una ciudad muy parecida a ella. 

Tiene una magia que te embelesa, su olor es un mejunje de sensaciones,  la contaminación se ve reducida por los transportes públicos que se mueven por electricidad, por la gente que va a pie o en bicicleta, y hasta los más jóvenes en monopatín. Es una ciudad que atrapa, y a pesar de no tener el reconocimiento y el nombre de París o Londres,  toda ella en su conjunto, es maravillosa y digna de ser visitada.  

Y como ya dije antes, Berna es de esos lugares que tiene un olor especial. Está fuera de lo común. Friburgo, la ciudad donde vivo, huele dos o tres veces por semana a estiércol. No es que sea malo, para nada, ¡allá cada uno con sus gustos!, pero a mí en particular, no es que me apasione dicho olor. En cambio Berna,  Berna tiene un olor dulce de pastelería, mezclado con un toque fresco montañoso, y una pizca de aroma de ciudad.

Solo me queda invitaros a que visitéis dicha ciudad, y juzguéis por vosotros mismos.


Sin más dilaciones, huit jours ^^


1 comentario:

  1. Tu prepárame un huequito cerca de tí y en unos meses me la enseñas

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