En exactamente
dos horas estaré sentada en un pupitre para enfrentarme a mi GRAN PRUEBA.
En dos horas estaré
luchando por un puesto de aprendizaje para el Estado suizo.
Estoy nerviosa.
Realmente no lo
estoy.
Quizás un poco.
No son nervios,
es terror.
Estoy aterrada;
no sé a qué me enfrento ni por donde pueden salir. Que todo el proceso sea en
francés, tampoco me ayuda.
Necesitaba volver
para exprimir mis temblores.
Palabras de mi
gran madre:
“Mucha suerte para el examen, estamos contigo. A por ellos, que son pocos y cobardes.”
Pd. Sé que puedo.
YO PUEDO.