La vida es algo más que vivir.
La vida es caminar, sentir, observar,
detenerse, pensar, equivocarse, mirar de
reojo, tropezar, caerse, levantarse,
compartir, reír, apreciar, soñar, imaginar, seducir, querer, amar, decepcionar,
demostrar, crecer, vivir, aprender, morir…
Todas y cada una de las vidas que
conforman este Planeta; son únicas.
No hay dos iguales, similares tal
vez, pero nunca dos iguales. Podrán dos
seres humanos tropezar con la misma piedra, pero nunca tropezarán de la misma
forma.
Creo que a mis veintiún años he
alcanzado una pequeña parte de la madurez que deseo algún día completar. Tras
mucho meditar; puedo afirmar que la
frase “no es más rico el que más tiene,
si no el que menos necesita” de
Agustín de Hipona. Es totalmente cierta.
Me di cuenta que dejé la niñez atrás
y eso en cierta medida me pone realmente triste. Ya no creo en la magia pues no
es más que mera ilusión. Ya no sueño con volar. Prefiero ver feliz a los más
pequeños por haber ganado, en lugar de ganar yo misma.
Me di cuenta que tener ropa es
una suerte, comida todos los días en el plato otra, y algo de suelto con lo que
salir el sábado otra muy grande. Haber podido estudiar es algo que agradecer con
resultados y no rindiéndose al primer asalto. Tener un techo donde vivir es hoy
por hoy un lujo. Y la pobreza está muy lejos de mi casa si lo pienso fríamente.
Me di cuenta de que he sido
muchas veces una egoísta, y muchas otras una desagradecida. Qué lástima me da
no haber crecido antes.
Me di cuenta de que hay vida
después de suspender inglés, de cambiar de país, de que se muera tu teléfono móvil,
de no poder salir a cenar fuera todos los días, de no cambiar de modelito a diario,
y de seguir con la misma chaqueta después de cuatro años.
Hay vida después de perder a un
amigo por disputas, a otro por mudarte de ciudad, incluso hay vida después de
que te deje la persona a la que amas. De lo peor que me di cuenta es que una
persona tiene vida si respira. Independientemente si la vida que lleve es
buena, o por el contrario mala. Pero cuando una persona deja de respirar, tu ya
no puedes hacer nada, nada salvo recordar e imaginar.
A todo el mundo le llega el
momento de decir “Hasta otra”. Es ley
de vida y contra las leyes de la vida uno nunca puede ganar.
Pero todo, TODO en esta vida pasa;
las alegrías, las penas, los buenos momentos, los malos. Igual que un día
vinieron se van, y dan lugar a otros acontecimientos. Todo es un ciclo, no hay que comprenderlo, simplemente, hay que
saber vivir con él. Porque eso es la vida.
De eso, también me di cuenta.
Además de una gran amiga, querida Alba, eres una pequeña gran maestra :)
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