sábado, 23 de julio de 2011

Bonsoir a tous depuis la petite Suisse.

De nuevo en tierra Suiza.

El vuelo fue de lo más tranquilo, cero turbulencias, servicio estupendo, y la maleta llegó sana y salva, con más roña que otra cosa, pero al fin y al cabo, a mis manos llegó.

Me pregunto cada dos segundos que es lo que estoy haciendo en Suiza, no consigo respuesta, agacho la cabeza y cambio de pregunta.



Llevo un día aquí, que digo un día, llevo horas aquí y ya me han comprado un móvil con una tarjeta para estar localizable. ESTAMOS LOCOS, así por mi cara bonita un número Suizo y un móvil a elegir. Esta familia está fuera de lo común.





A diferencia de mi amiga Teresa que está en Serbia, un croissant aquí cuesta 3.50 francos, lo que viene siendo 4 euros. Y no 40 céntimos.

Es caro, sí, pero comparado con los sueldos suizos, 3.50fr no es nada.

No sé cómo serán los días siguientes. La parte buena es que los nenes están menos enmadrados, sobretodo el pequeño, me pasé toda la mañana jugando con él. Aish es un rubito que me vuelve loca.

Hoy aprendí un par de palabras nuevas, y tengo un cuadernillo para aprender todavía más. El idioma no podrá conmigo, además tengo que ser capaz de ver las películas y saber de qué hablan y no enterarme porque yo misma relacione conceptos ¬¬'' Tengo que aprender pronto. Ana Belén, mi jefa, me tiene dos nuevas “amistades” preparadas. Ninguna tiene ni papa de inglés, y una de ellas tampoco de inglés, por lo que sin francés, creo que no voy a poder entablar una conversación y mucho menos podré sacar provecho a esas oportunidades.

Tengo que decir que echo de menos España, esto es todo un reto. Tengo claro que lo superaré, eso sí, cuando llegue al final no sé cómo será, ni que me voy a encontrar.



31 días para el final del reto.

31 días para volver a los cálidos brazos de la calurosa España.

31 días para volver a ver a mis bonitos ojos azules.

No hay comentarios:

Publicar un comentario