Suiza es un país tranquilo, estricto, acogedor, verde, y blanco. Así podría yo catalogar a este pequeño, gran país. Y la verdad es que recomiendo este paraíso a cualquiera, tanto para los fanáticos del frió, como los del calor. Es una tierra que no se puede dejar pasar.
A pesar de la dureza con la que me trata el país de vez en cuando; soy consciente de que cuando me toque partir definitivamente lo añoraré tremendamente.
He aprendido a valorar día tras día mi estancia aquí, y hoy por hoy no me queda otra que aguantar y disfrutar de los meses que me quedan. Sabia con lo que me iba de España, lo sabia, lo que no sabia, ni tenia claro era lo que me podría esperar después de mi experiencia aquí. A cinco meses para mi retorno hago balance y la verdad es que he perdido mas cosas de las que podría haber pensado, incluso deseado, pero la verdad es que no me arrepiento de haberme ido, y jamas me arrepentiré ya que las personas que me quedan son de verdad y las que no quedan, las que no quedan supongo que es porque no me pueden acompañar mas.
Toda decisión acarrea ciertas consecuencias, tanto buenas, como malas. Para mi lo mejor de las decisiones importantes es lo mucho que se aprende y se madura, aunque de lo segundo no estoy tan segura.
Día 10 de Marzo.
Mi calendario se ha parado.
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