sábado, 3 de diciembre de 2011

Uno, dos, tres, cuatro, respira

Ya sé lo que verdaderamente quiero y necesito en mi carta dirigida a Papá Noel.
Es algo tan minúsculo que pasaría hasta desapercibido. Deseo, nada más y nada menos, que unos TAPONES.
Sí, habéis leído bien, unos TAPONES. 
Ese minúsculo detallito y descansar, descansar muchísimo. 
No estoy harta no, estoy hartísima de que en la casa en la que estoy a partir de las 8 de la mañana nadie pueda dormir. 


NO AGUANTO MÁS


Quiero volver a mi casa, a mi habitad, a mi colchón, mi almohada, mi nórdico, y al respeto. 
El respeto al sueño ajeno. 
Una cosa es: "Quien sabe trasnochar sabe madrugar", y otra muy distinta es que ni haya amanecido y ya estén correteando por las escaleras y chillando. 




Después de este deshago necesitado y contenido durante casi 3 meses, diré que hoy tengo planes de nuevo. 
Viva.




18. À  tres bientÔt  ^^


No hay comentarios:

Publicar un comentario