Ayer sábado noche fui invitada por mis jefes a una cena de amigos.
Yo miraba hacia todas partes; a veces porque me sentía fuera de lugar, otras porque yo me quería ausentar. No pude dejar de sonreír en toda la velada. Quizá fue la cerveza, o tal vez la tontería que me produjo el calor de la fondue, o simplemente sería porque me había dado cuenta de que se habían reunido tres amigos, con sus tres mujeres y sus adorables niños; con el fin de verse, charlar, reír, y compartir un rato juntos. Algo que por "desgracia" no lo pueden hacer a diario, ni mucho menos semanalmente ya que cada uno de ellos; tiene su vida, su trabajo, y su casa en diferentes ciudades.
Y de semejante situación saco dos conclusiones:
- La primera; que mis jefes no son solo jefes si no algo más.
- La segunda; es que sé con quien quiero y puedo compartir un café, comida, o cena aun yéndome lejos y que a mi regreso o al suyo no se note ni la distancia, ni el paso del tiempo.
Buenas tardes ^^
:) au late :)
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